Entrevista a Ilaria Bianchi, autora del libro “Vivir y superar el cáncer de mama. Diario emocional de una ginecóloga que se convierte en paciente oncológica”

Hoy proponemos una entrevista con la Dra Ilaria Bianchi, ginecóloga nacida en Florencia, con un doctorado en medicina materno-fetal en Philadelphia a la que, después de varios años trabajando en Barcelona, un cáncer de mama llevó a ver la vida y su profesión de otra manera. Es autora del libro “Vivir y superar el cáncer de mama. Diario emocional de una ginecóloga que se convierte en paciente oncológica”

De donde nace la exigencia de escribir este libro?

La experiencia del cáncer me ha enseñado muchísimo, como persona y como médico y he pensado que lo mejor de haber sobrevivido era compartirla con el mundo para ayudar pacientes y sanitarios. En este camino conocí una persona maravillosa que sin saberlo me inspiró luego a escribir este libro para dar un sentido a su muerte y ayudar la investigación contra el cáncer con sus beneficios

Que consejos darías a un médico que tiene que comunicar un diagnóstico de cáncer a un paciente? Y a un paciente que recibe este diagnóstico?

Para los médicos creo que no existe una manera suave para dar esta noticia y cada paciente es un mundo que reaccionará de manera diferente a esta. Lo que sí es cierto, hay que ser consciente que esta noticia marcará un antes y un después en la vida de la persona que recordará para siempre este momento.Creo que es importante la amabilidad pero también la claridad y dar el
tiempo para digerirla.
A los pacientes les digo “tened paciencia, paciencia y más paciencia” y aconsejo que confíen en los sanitarios y en el universo. Es importante que se dejen cuidar y amar pensando solo en el día presente sin especular en el futuro que no podemos controlar.

A menudo los médicos nos quejamos de la falta de tiempo para atender cada paciente como nos gustaría. Como es la percepción del tiempo en un paciente?

Creo que para los pacientes el tiempo de espera siempre es infinito sea que se trate de una hora o de una semana ya que su calidad de vida depende de nuestra visita. Para un paciente oncológico creo que el tiempo se para, entras en un mundo paralelo donde todo gira alrededor de tu enfermedad y de como te sientes.

Henri Nouwen habló de la figura del sanador herido como de quien acompaña a los demás partiendo de su propia vulnerabilidad. Cuanto es difícil convertir tus propias heridas en una relación de sanación con tus pacientes?

No ha sido fácil esta experiencia y para mí aún más difícil volver a vivir después, pero me siento como si hubiera aprendido un nuevo idioma que pocas personas hablan. De hecho, creo que entre pacientes y expacientes oncológicos nos reconocemos y nos entendemos de manera especial. Creo que mis heridas se han sanado con el cáncer y con mi libro y considero un placer
ayudar y amar a mis pacientes.

A menudo en la prensa se describe el proceso de afrontamiento de una enfermedad como el cáncer en términos de “lucha” y “batalla”. Lo mismo no se hace por otras enfermedades graves y potencialmente mortales. Kate Granger, geriatra que falleció hace unos años por un sarcoma y autora del libro “The Other Side” (el otro lado) escribió un post en su blog en contra de los términos de “guerra” empleados en los pacientes con cáncer. Qué opinas en merito?  Es tan obligatorio luchar siempre o podemos permitirnos la rendición y la aceptación de lo que pasa.

Estoy de acuerdo con Kate Granger y también he comentado esto en mi libro. Me molestó muchísimo cuando algunas personas me lo dijeron a mí. Un cáncer te hace mirar a la cara de la muerte y no existe lucha victoriosa contra esa ya que todos algún día la abrazaremos. Enfermo y vulnerable, ¡sólo te falta entrar en guerra!. Creo que si el final será bueno o malo no
depende en absoluto de si luchamos más o menos ni mejor o peor. La sensación de estar en una batalla sólo crea frustración, cansancio y ansiedad que seguro no se necesitan. Lo único que podemos hacer son los tratamientos conocidos y confiar en el universo. Un abrazo sincero es mejor que mil palabras a veces.

Quién decide cuales son las necesidades de un paciente? Y como transmitirlas a un sistema sanitario que a veces no tiene tiempo y a veces simplemente no está preparado para escuchar y acompañar?

Yo empezaría con asignaturas en las carreras sanitarias y cursos obligatorios para los dirigentes y directores sobre: buena comunicación, gestión emocional, valores humanos universales y quizás talleres prácticos de intercambio médico/paciente de las más graves enfermedades, además de recomendar leer mi libro 🙂

 

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *